miércoles, 22 de junio de 2011

A veces me pasa…. sin ningún motivo particular, puede ser que esté aburrido o que tengo una noticia que quiero compartir, otras simplemente es el deseo de escuchar su voz.

A veces me pasa que hasta busco el teléfono con la mirada para llamarlo… y ahí recién me acuerdo que ya hace diez años que se fue.

A veces me pasa… y ojalá me siga pasando, porque por una fracción de segundo vuelvo a sentir la calidez de su compañía y la seguridad de que alguien en este mundo tiene la respuesta que necesito.

Vos sabés viejo… se te extraña.

viernes, 18 de junio de 2010

Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos. Mejor procedimiento es simular que esos libros ya existen y ofrecer un resumen, un comentario.

Jorge Luis Borges. (Prólogo de "El jardin de senderos que se bifurcan" 1941)

martes, 15 de junio de 2010

Cuando ya todo haya pasado la mañana te susurrará mi ausencia,
el sabor amargo de mi partida, hacia otro sur, será tu nueva compañía.
Otros pensaron que mi infortunio era el precio de sus ambiciones
y decidieron que mi destino ya no debía ser tan mío.

Igual se las hice difícil.
Peleé sus batallas, de noche, de día, con sus armas y con las mías
y no me rendí antes que se rindieran ellos.

Y volví, seguí luchando y caí y me levanté y volví a caer, pero nunca vencido.
Ni los años lograron contagiarme su apatía
y muchos más de veinte le robé a ese destino.

En un lejano sur me hirieron ya de muerte
y hacia otro mejor sur preparo mi partida.
Después una mañana, te susurrará mi ausencia.

Gastón Alfredo Pina se llamaba, soldado, hijo, hermano, amigo.
Un día se fué, porque los valientes no mueren, simplemente se van.

jueves, 18 de febrero de 2010

Del lobo y la luna


Del lobo su bravura y de la luna su palidez.
Del lobo la tenacidad y de la luna la quietud.
Del lobo su impredecible destino.
De la luna su constancia.
Del lobo el amor por su manada.
De la luna su estoica soledad.
Del lobo la persistencia de creer que algún día bajará para ser suya.
De la luna, quizás, la resignación frente a lo imposible.
Y así nos debatimos por la vida, haciendo cosas sin razón alguna,
buscando saber quién somos, creyéndonos a veces lobo y a veces luna.

lunes, 25 de enero de 2010

Llegaste


Para Alejandro, Erica y Lucía Clara (sepan disculpar)


Llegaste y la sorpresa me invadió aún sabiendo tu llegada
sufrí cada interminable minuto de alegría de ese primer día,
cuando la certeza de tu compañía me hizo sentir, simplemente,
como si cada célula de mi cuerpo estuviera diseñada para eso, sentir.

De todo el ayer, impostergable, imprescindible y urgente
solo quedan sombras que tu luz desvanece en un rincón.
Mi objetividad me demuestra que eres la más perfecta de las creaciones
y mi acostumbrada bondad estaría dispuesta a matar a quien lo niegue.
Quiero y no puedo imaginarme sin vos, el mundo sin vos,
mi futuro sin vos y hasta mi pasado sin vos.

Algún día lejano, cuando cansada estés de mis errores
y la vida entreteja su acostumbrada maraña de desacuerdos
o Zeus nuble nuestro juicio por simple diversión, ese día verás
que aunque rompas mi corazón, no puedes destruirlo,
porque eres la razón de su fortaleza.

martes, 25 de agosto de 2009


Si, soy nostálgico, no de espacios, ni tiempos,
de sentimientos, de no lograr repetir lo que sentí
al leer aquel poema, al ver aquella película,
o escuchar esa canción. Ella puede.

Nostálgico de no poder sentirme como a los siete,
cuando lo único que importaba era el ahora
y no hacía falta aclarar la mente para desbordarse en
una carcajada. Ella lo hace.

Ella sabe sorprenderse una y otra vez con mis pobres ocurrencias,
guarda sus problemas lejos de mis urgencias idiotas
y me regala un imposible tiempo de paz
en medio de mis interminables tormentas. Ella lo sabe.

Soy nostálgico de no necesitar su presencia para sentirme vivo,
de ese infantilismo ciego de creer que el centro de mi vida era yo.
Y en esta nostalgia trato de convencerme que llevo las riendas y que a estas alturas Ella es más mía que suya propia. Ella me deja.

La aldea de la montaña envuelta en niebla.
Kano Eitoku (1543-1590)