
Para Alejandro, Erica y Lucía Clara (sepan disculpar)
Llegaste y la sorpresa me invadió aún sabiendo tu llegada
sufrí cada interminable minuto de alegría de ese primer día,
cuando la certeza de tu compañía me hizo sentir, simplemente,
como si cada célula de mi cuerpo estuviera diseñada para eso, sentir.
De todo el ayer, impostergable, imprescindible y urgente
solo quedan sombras que tu luz desvanece en un rincón.
Mi objetividad me demuestra que eres la más perfecta de las creaciones
y mi acostumbrada bondad estaría dispuesta a matar a quien lo niegue.
Quiero y no puedo imaginarme sin vos, el mundo sin vos,
mi futuro sin vos y hasta mi pasado sin vos.
Algún día lejano, cuando cansada estés de mis errores
y la vida entreteja su acostumbrada maraña de desacuerdos
o Zeus nuble nuestro juicio por simple diversión, ese día verás
que aunque rompas mi corazón, no puedes destruirlo,
porque eres la razón de su fortaleza.
sufrí cada interminable minuto de alegría de ese primer día,
cuando la certeza de tu compañía me hizo sentir, simplemente,
como si cada célula de mi cuerpo estuviera diseñada para eso, sentir.
De todo el ayer, impostergable, imprescindible y urgente
solo quedan sombras que tu luz desvanece en un rincón.
Mi objetividad me demuestra que eres la más perfecta de las creaciones
y mi acostumbrada bondad estaría dispuesta a matar a quien lo niegue.
Quiero y no puedo imaginarme sin vos, el mundo sin vos,
mi futuro sin vos y hasta mi pasado sin vos.
Algún día lejano, cuando cansada estés de mis errores
y la vida entreteja su acostumbrada maraña de desacuerdos
o Zeus nuble nuestro juicio por simple diversión, ese día verás
que aunque rompas mi corazón, no puedes destruirlo,
porque eres la razón de su fortaleza.
Me pregunto si algún día podré experimentar esos sentimientos.
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