martes, 11 de agosto de 2009

Mientras preparo un café pienso, sería bueno preparar dos,
miro caer las hojas por la ventana, no sé si las veo,
entibio mis manos, o trato…
Se están muriendo por no acariciarte.

Me recuesto en mi sillón favorito, sin recordar por qué lo era,
mis libros, sin chances, me miran en silencio.
Mis ojos recorren la habitación buscando…
Se están muriendo por no verte.

No escucho la música, solo pasa como el viento,
un viento tibio, creo escuchar la ternura de tu voz,
el resplandor de tu risa, pero no…
Mis oídos se mueren al no escucharte.

Me sorprendo bebiendo el café, está dulce, si.
La amargura de tu ausencia es tan palpable,
solo me queda el recuerdo de tus labios…
Y los míos que se mueren besarte.

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